Una personalidad con fortaleza no necesariamente requiere una forma de ser insensible.
Sobreproteger a tus hijos es la manera más rápida y eficiente de volverlos vulnerables.
Aprender a cambiar requiere buen espíritu, esperanza y entusiasmo.
Los niños se saben adaptar de manera natural; solo requieren compañía, apoyo y ánimo.