Enseñar a tu hijo o hija a dar gracias por todo lo bueno que sí ocurre es enseñarle a vivir en una condición de ganancia.
Si te esfuerzas para que tu hijo o tu hija sea amable con todas las personas, eventualmente será un ser humano muy fácil de querer.
Enseña a tus hijos a intentar. No pretendas que tengan todas las certezas para dar el primer paso.
Jamás podrás tener un hijo perfecto, pero sí puedes enseñarle a equivocarse y aprender de sus errores.
Tú eres responsable de lo que tú sientes, y entenderlo es fundamental para una vida feliz.
Enseñar a aceptar la realidad y partir desde ahí para resolver, es enseñar a no sufrir.
Ser un amigo es una actitud que se puede aprender.
A veces se requiere simplemente “estar”, pero estar de verdad, para entonces sí acompañar.
La disposición de hacer algo por los demás, es una actitud que un niño o niña claramente que puede aprender.